La noticia de mi embarazo gemelar

¿Os he contado alguna vez que supe desde el primer momento que estaba embarazada de gemelos? Es increíble la intuición que uno mismo puede tener sobre lo que está sucediendo en su cuerpo.
Cuando me quedé embarazada por segunda vez, tuve una sensación muy extraña desde el principio. Algo era distinto al primer embarazo. Me encontraba terriblemente mal (el embarazo de Jujú no había sido especialmente bueno el primer trimestre, pero éste estaba siendo peor sin duda desde el minuto uno). Además la tripa se me había hinchado muy rápidamente para estar de tan poquito…así que enseguida presentí que no podía tratarse de un solo bebé.
Fui al ginecólogo y mientras me hacía la ecografía dijo: «Estas embarazada, ¿ves? aquí está el bebé», señalando a un feto diminuto dentro de su bolsa. A lo que yo contesté: «¿Puede mirar si hay más?, es que me encuentro muy mal y el volumen de mi tripa no es normal…». Meneó un poco más el ecógrafo y dio con otro feto: «¡Efectivamente, aquí está el otro bebé». ¡Salté de felicidad! Para mí no se trató de una noticia difícil de aceptar, ya que era algo con lo que siempre había soñado, pero para Fran (ahora un feliz papá de gemelas) iba a ser una noticia algo más agridulce.
Llevaba una semana en casa diciéndole: «Cari, que yo llevo dos…¡mira qué tripa!» y él siempre me decía: «Calla, calla…pobre de ti». Hablábamos sobre la posibilidad de que fueran mellizos o gemelos y a Fran sin duda, de entrada, los gemelos idénticos no le hacían especial gracia (por miedo a las comparaciones entre otras cosas). Yo estaba encantada y él preocupado pero bueno, es natural, ¿quién no estaría preocupado ante la llegada de dos bebés de golpe, si uno sólo ya supone un gran reto?
Hasta el ginecólogo se preocupó. Su frase fue bastante desconcertante: «Vaya rollo, llevas gemelos monocoriales biamnióticos». Me quedé pensando, ¿y eso es malo?, ¿están en peligro? Me aclaró que se trataba de gemelos idénticos (mismo óvulo y mismo esperma) y que compartían placenta (gracias a Dios en bolsas distintas) y que por lo visto este tipo de embarazos suelen dar lugar a complicaciones. Yo estaba demasiado contenta como para pensar en cosas negativas (que por mala suerte pasarían y que contaré en otro post).
Salí de la consulta más que feliz y con unas ganas locas de contárselo a Fran (que no había podido acompañarme por trabajo) y un poco preocupada por su reacción ya que sabía que de todas las posibilidades que habíamos barajado esta era la que «menos ilusión le hacía». Marqué su número y después de unos tres tonos respondió (normalmente entrenando no suele coger el móvil, pero está vez estaba esperando mi llamada): «¿Cariño, cómo ha ido?», «¡Muy bien!, tengo una buena noticia y una no tan buena para ti; ¡estoy embarazada y todo está bien! peeeeeero…¡vamos a tener gemelos idénticos!».
La vuelta del trabajo a casa ese día, para él, debió ser «dura». Cientos de pensamientos, miedos e inseguridades debían rondarle la cabeza. También supongo que esa noche mis padres durmieron peor. Yo estuve más inquieta de lo normal. Por mucho que lleváramos varios días preparados para recibir esta noticia, no deja de ser algo increíble, fascinante y difícil. Lo que más miedo da en general es estar a la altura de las circunstancias; unas circunstancias cada vez más comunes pero a las que sólo una minoría nos vemos expuestos.
¿Cuál hubiera sido o ha sido vuestra reacción en nuestro caso? ¿Cuál creéis que es el mayor miedo al que nos enfrentamos los papás de múltiples? Me encantaría saber vuestra opinión.
Mamá inquieta
Un comentario sobre “La noticia de mi embarazo gemelar” Deja un comentario ›