Mi madre y yo

Lita, así es como llama mi hija mayor a mi madre. Cuando yo la llamo mamá ella me suele decir: «no es mamá, es Lita». Y yo le respondo: «ya lo sé Jujú, pero Lita es la mamá de mami». No lo entiende, pero ya lo entenderá, como muchas otras cosas que se entienden con el tiempo.

Yo, por ejemplo, me he pasado la mayor parte de mi vida sin comprender demasiado a mi madre. Somos distintas, o eso pensaba antes. Ahora me doy cuenta de que no somos tan diferentes. Le he reprochado muchas cosas. No digo que ahora nos entendamos 100%, pero ¡qué bien sienta jugar en la misma liga! Ahora yo también soy madre y la necesito en mi equipo más que nunca.

No es nada fácil estar en su lugar. Es una responsabilidad enorme tener a alguien a quien quieres más que a tu vida a tu cargo. Cada día soy más consciente de ello. Es muy duro. Mirando atrás y sabiendo todo lo que ahora sé, la admiro.

Gracias por estar en los buenos y malos momentos. Gracias por sacar lo mejor y lo peor de mi (sí, he aprendido mucho más de cada conflicto que hemos tenido). Gracias por demostrarme que detrás de cada decisión que has tomado la intención siempre ha sido conseguir lo que tu pensabas que era mejor para mi.

¡Te quiero mamá!